El reciclaje es el proceso de volver a usar lo ya usado, o, mejor explicado, convertir los residuos en nuevos materiales. Esto se debe a la escasez de productos con la misma sustancia con la que se fabrica, aparte de contaminar menos el medioambiente, promueve menos energía y los factores riesgo de emplear recursos más allá de lo necesario provoca la obligación de ser eficientes.
El método de hacer con menos más se debe a que nuestro mundo experimenta desde hace siglos la llamada del efecto invernadero cada vez con mayor constancia y lineal en el tiempo, por lo que sus consecuencias, a largo plazo, se notan en muchos sistemas, como en el campo de la medicina, la política, la economía, la naturaleza (sobre todo esta), la vida diaria, etc. El índice de contaminación del aire en España es de 33 puntos, lo que indica un nivel bueno. Sin embargo, en otros países como en Pakistán es de 156, lo que lleva a meditar sobre posibles políticas de subsanación del aire tan perjudicial que existe allí.
Con el reciclaje se fomenta que una cadena de reciclado empiece a darse de alta como nueva “empleada” en este innovador sector de trabajo en cada empresa. Un modelo a seguir. Se recupera lo que se pueda volver a reutilizar, se clasifican los materiales para, después, mezclarlos como en una batidora y hacer el nuevo producto. Esto en industria, y en la vida diaria cada uno separa los productos en distintas categorías: vidrio, plástico, cartón, orgánico, aceites, residuos peligrosos y fármacos.
La administración de estos residuos nuevos es una ley aplicada en España, Ley 7/2022 8 de abril de residuos y suelos contaminantes para una economía circular, que es una llamada a la acción para proteger nuestra tierra, así como el resto del mundo, de los posibles desechos que generen tóxicos al aire, suelo, bosques, mares y salud. Es una forma de vida finalmente, un nuevo hábito de “consumo” para los ciudadanos que dan costumbres y cambios en nuestro sentido de ver el camino que estamos llevando, uno hacia lo más verde posible.
Se gestiona con esto la posibilidad de entrar en las llamadas eCities, los ecoparques y la consolidación de contenedores o puntos limpios donde los residuos caigan a favor de la naturaleza, y no en su contra. La economía circular es igual a generar empleo. Son los apodados empleos verdes que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “podría generar más de 60 millones de empleos en los próximos 15 años”, que se darían en los campos de la agricultura, investigación, fabricación y administración. En algunas empresas, por cada 1.000 kg que se reciclan, aparecen 8 nuevos puestos laborales. Esto se traduce en un nuevo marco de industria y fabricación para sobrellevar la innovadora demanda de la población con la oferta que estos hitos fomentan.
Ciertos sectores pasan por esta transformación para ser más sostenibles, como en la agricultura y pesca. Incita también a la juventud de hoy día a mover un pie hacia lo verde, inteligencia y estudios en vías sobre la producción ecológica y una filosofía totalmente opuesta a la que se lleva acarreando hasta ahora. En cuestión de datos, según fuente de www.ecoembes.com, se ha reciclado en el año 2021 más de 16 millones de toneladas de envases domésticos como plásticos, papel y cartón. También se ha multiplicado el número de contenedores azules y amarillos con respecto del año 2009, que había más de 160.000 azules y 324.401 amarillos, en el 2021 se han doblado los primeros con respecto a un ínfimo crecimiento de los segundos, que solo aumentaron en menos de 60.000.
Estos datos son fidedignos a la utilización de la palabra reciclaje por parte de la población y las políticas llevadas a cabo. Se consigna esta información en la globalidad total de un 55% de reciclado mundial, el 25% es de plástico, el 60% es de cartón, el 50% son metales y el 15% es de madera. Esto toca de lleno en los planes de la Agenda 2030 en muchos de sus objetivos con los que paliar la contaminación y la afectación de los gases invernadero en la salud del planeta y sus seres vivos.
La fabricación de papel reciclado es un proceso por el que gasta un 62% menos de energía y un 86% menos de agua en hacer el producto, según fuente de www.escolofi.com, implica un buen detalle a tener en cuenta para el fin último: ahorrar más y consumir poco. Es decir, la eficacia pasa por obligación por la eficiencia, que es igual a de hacer con poco, se crea más.
El cambio y voto por la continuidad industrial y contaminante hacia el reciclado ha generado optimismo y contento en la población mundial. Sin embargo, no hay que caer en la confianza, ya que también tiene sus desventajas, como la posibilidad de acumular tanta basura sin saber qué hacer con ella por no tener los recursos necesarios para moldearla, la rapidez de algunos tóxicos en propagarse porque la relación tiempo/recurso es limitada, rápida degradación de algunos productos y su consecuente contaminación, algunas fuentes de energía recicladas pueden ser un problema para ciertos ámbitos al no ser de una calidad perfecta, legalidades y políticas negativas.
No obstante, el reciclado es una tecnología en sí, ya que promueve un cambio de mentalidad por alcanzar un mundo más verde y pasar de una civilización contaminante a ser un ejemplo de ecología para nuestros antecesores.